Este hito histórico permitirá estudiar la corona solar mediante la creación de un eclipse artificial, abrirá nuevas posibilidades a la exploración espacial y demostrará el liderazgo de España en campos tecnológicamente avanzados, como los sistemas de guiado, navegación y control.
Proba-3 es una misión de especial relevancia para España, país que lidera la misión a través del grupo industrial de ingeniería y tecnología Sener, contratista principal, en estrecha colaboración con un consorcio de 40 empresas de 16 países. Asimismo, es un hito histórico para la exploración espacial, pues demostrará que vuelo en formación de alta precisión entre satélites en el espacio es posible; además de este objetivo tecnológico, la misión tiene un objetivo científico, pues la sincronización entre los dos satélites que conforman la misión (el Coronagraph y el Occulter) permitirá estudiar la corona solar con un detalle sin precedentes, mediante la creación de un eclipse artificial.
El éxito de la misión requerirá de una precisión milimétrica a la hora de sincronizar sus dos satélites, que volarán en una órbita elíptica, alejándose a algo más de 60.000 km de la Tierra (aproximadamente, 10 veces la distancia desde la superficie al núcleo de la Tierra). Otro desafío técnico que plantea el proyecto es la autonomía de los satélites: la formación se gestionará de manera automática, los satélites calculando su posición y trayectoria con respecto a su homólogo, sin intervención de un operador humano; para ello, emplearán avanzados sistemas de guiado, navegación y control (GNC), una rama de la ingeniería que se ocupa del diseño de sistemas para controlar el movimiento de vehículos, tanto tripulados, como autónomos, y en la que España es un referente global.
El Coronagraph alojará el coronógrafo de la misión, instrumento que apuntará directamente al Sol. El segundo satélite, Occulter, eclipsará al Sol, interponiéndose entre el astro y el Coronagraph. Para ello, utilizará un disco de unos 140 centímetros de diámetro y varios equipos (ópticos y láser) que permitirán calcular la posición y actitud relativa entre los dos satélites y posicionar ambos con una precisión extrema.
La perfecta sincronía entre ambos satélites creará un eclipse artificial de una manera inédita: el coronógrafo en el espacio podrá obtener imágenes del Sol que no estarán afectadas por las perturbaciones de la atmosfera terrestre, mientras que el satélite Occulter, a cientos de metros del punto focal del instrumento óptico, reducirá notablemente los efectos de difracción. Proba-3 garantizará hasta 1.000 horas de eclipses para estudiar con un detalle sin precedentes la corona solar.
Nuevas posibilidades para la exploración espacial
El vuelo en formación hará posible que los satélites actúen como un solo instrumento óptico, componiendo una estructura virtual en el espacio con elevadas capacidades de reconfiguración. Proba-3 demostrará que las futuras misiones podrían desarrollarse a mayor escala y con menor coste empleando múltiples módulos pequeños que se comporten en vuelo como un único satélite de gran tamaño.
Proba-3 es la última misión de una serie de proyectos de gran valor científico, que se remontan a Proba-1, lanzado en 2001 (un satélite de observación de la Tierra con avanzada autonomía a bordo que incorporó un innovador instrumento hiperespectral, operativo durante más de 20 años), así como Proba-2 (lanzado en 2009 para observar el Sol, con más de 20 cargas tecnológicas e instrumentos científicos) y Proba-V (por “vegetación”, lanzado en 2012, incluye un innovador equipo de generación de imágenes de la Tierra, para la cartografía global de la vegetación mediante imágenes multiespectrales).
Sener es contratista principal de Proba-3 y responsable tanto del segmento de vuelo como del de tierra, y la participación de la industria española se completa por Airbus en España, que ha llevado a cabo el diseño, la fabricación y la integración de las dos plataformas y el cableado, así como la entrega de equipos embarcados en los dos satélites; por GMV para el desarrollo del subsistema de vuelo en formación, de la función de GPS relativo y de la herramienta del cálculo de la dinámica de vuelo para las operaciones; y por Deimos, responsable del análisis de órbita y del desarrollo del experimento de rendezvous. Thales Alenia Spain ha entregado equipos embarcados en los satélites.
En palabras de Diego Rodríguez, director de Espacio y Ciencia en Sener: “Proba-3, fruto de años de trabajo y colaboración, es un hito tecnológico de gran valor para nuestra industria y demuestra que España es capaz de liderar misiones espaciales de gran complejidad. Agradecemos a todos los profesionales, empresas participantes y, por supuesto, a la ESA, su compromiso y trabajo para haber llegado a este momento”.
Proba-3 forma parte del Programa de Tecnología de Soporte General de la ESA, y la participación de España ha sido posible gracias al apoyo del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades, a través de la Agencia Espacial Española, así como a una estrecha colaboración entre empresas a nivel internacional.