En la actualidad, y gracias al avance que se está obteniendo en nuevas tecnologías, estas podrían emplearse de manera combinada para mejorar la capacidad de prevención y la gestión de las mismas.
Un ejemplo podría ser la última DANA pronosticada en la zona central de la península. En la actualidad se disponen de medios de predicción para calcular la cantidad y ubicación de las precipitaciones con bastante fiabilidad, medios que nos permiten calcular los litros de agua que va a caer por metro cuadrado, en cuanto tiempo, y en qué zonas, pudiendo incluso predecir el desplazamiento de los focos de agua.
Si, adicionalmente, se dispusiera de un gemelo digital de la zona afectada, o lo que es los mismo, una simulación del terreno con el suficiente detalle como para calcular la permeabilidad del mismo en cada zona (con la consiguiente capacidad de anticipar posibles embolsamientos de agua y el tiempo estimado para su desborde), con las pendientes y desniveles que pudieran permitir predecir el curso del agua en función del caudal generado por las lluvias, o las balsas de agua desbordadas……se podrían hacer simulaciones de diferentes escenarios en función del agua caída del cielo en cada caso y prever zonas en las que tener especial cuidado.
Pero no solo eso. Gracias a los avances en inteligencia artificial (en particular utilizando técnicas de aprendizaje por refuerzo profundo), y a la posibilidad de entrenar estos modelos empleando el gemelo digital descrito anteriormente, se podría determinar de manera dinámica dónde situar los equipos de emergencia para optimizar los tiempos de atención y priorizar aquellos incidentes que se prevean de mayor gravedad conforme evoluciona el escenario de la DANA.
La capacidad tecnológica actual permite desplegar este tipo de sistemas en la nube, almacenando y gestionando los datos que se recojan y o se generen en cada caso, balanceando las necesidades de cálculo y la disponibilidad de las máquinas en función de los requisitos de cada escenario.
Como se puede apreciar, un sistema como el descrito requiere de unas capacidades multidisciplinares que, si bien no son sencillas de encontrar en el mercado bajo un mismo paraguas, proporcionan una capacidad de antelación y prevención ante situaciones de este tipo nunca vista (sin mencionar la capacidad de los centros de supercomputación, o los cada vez más cercanos computadores cuánticos), proporcionando una ventaja fundamental a los usuarios de estos sistemas a la hora de enfrentar situaciones críticas y de altísima complejidad.