- Ya está trabajando para desarrollar la nueva versión V2-i del radar S3TSR, que supone un primer hito en la hoja de ruta prevista de ampliación de capacidades de este sistema modular y escalable, que prevé incorporar también la detección y seguimiento de misiles balísticos.
- Las mejoras en el radar fortalecerán la capacidad de España para proteger satélites o activos espaciales militares en órbitas bajas frente a los residuos espaciales y a satélites que se aproximen con el fin de dañar, interferir u obtener información de satélites propios.
Indra ha dado un nuevo paso para seguir evolucionando su radar de vigilancia espacial S3TSR, uno de los más avanzados de Europa y del mundo, y ha comenzado a desarrollar la versión intermedia V2-i.
La nueva versión de este radar de naturaleza dual, propiedad del Ministerio de Defensa español y parte del sistema de vigilancia y seguimiento espacial S3T, puesto en marcha por el Centro para el Desarrollo Tecnológico y la Innovación (CDTI), incorporará elementos de transmisión (TX) hasta llegar a cuadruplicar la capacidad actual. De esta forma, reforzará la capacidad de nuestro país para proteger satélites y activos espaciales frente a posibles amenazas no intencionadas, como los residuos espaciales, e intencionadas, como satélites que se aproximen con la intención de dañar, interferir o espiar activos espaciales militares.
El proyecto implica la finalización de la infraestructura de obra civil del emplazamiento del radar, implantado en la Base Aérea de Morón, en Sevilla; la producción de nuevos elementos de transmisión; la integración y pruebas del sistema V2-i completo y la prueba de aceptación en el asentamiento radar (SAT- Site Acceptance Test).
Gracias a su escalabilidad, el sistema de Indra, tendrá capacidad para detectar y caracterizar objetos en órbita de mucho menor tamaño, cubriendo la totalidad de la órbita baja (Low Earth Orbit-LEO).
En el marco del proyecto, se van a incorporar, además, los medios de obra civil que permitirán incrementar su potencia aún más en el futuro, hasta llegar incluso a multiplicar por 16 su capacidad original cuando se complete la última versión prevista (V3).
“Este proyecto supone un primer hito en el roadmap previsto de ampliación de capacidades con el que nació nuestro radar espacial, que demuestra su modularidad y escalabilidad. Esta hoja de ruta abre la puerta a futuras ampliaciones que incluyen la incorporación de modos especiales, como por ejemplo el de detección y seguimiento de misiles balísticos, que contribuirán al aumento de las capacidades de Defensa del Espacio”, explica Cristina Vives, directora de Espacio en Indra.
El radar S3TSR actualmente es operado por el Ejército del Aire y del Espacio español desde el Centro de Operaciones de Vigilancia Espacial (COVE), siendo el sensor principal y contribuyendo las 24 horas y los siete días de la semana con sus datos a la red del consorcio EU-SST (European Union Space Surveillance and Tracking Partnership).
El radar de Indra fue el primero en Europa capaz de detectar los fragmentos de satélites destruidos en las pruebas de misiles anti-satelite de India y Rusia, Microsat-R y COSMOS 1408. También monitoriza la trayectoria de satélites que determina el centro de operaciones.
El Espacio: un sector estratégico
La economía y la seguridad y defensa de los países dependen cada vez más de los servicios prestados desde el espacio, lo que convierte a los satélites en un activo estratégico y claro objetivo en caso de conflicto. Las comunicaciones, el transporte aéreo y marítimo, la logística o la información meteorológica dependen de su buen funcionamiento.
Indra es una compañía líder global de ingeniería tecnológica que lleva más de treinta años trabajando en el sector espacial. Ha jugado un papel clave en el desarrollo de las principales infraestructuras espaciales europeas, entre las que destaca el sistema Copernicus de observación de la Tierra o el Sistema Galileo de geoposicionamiento global. También ha desplegado el segmento terreno del satélite español Paz de observación de la Tierra y ha puesto en marcha, en colaboración con ENAIRE, una empresa ligada al nuevo espacio, Startical, que trabaja en el desarrollo de una constelación de más de 200 satélites de pequeño tamaño que prestará servicios de gestión del tráfico aéreo en todo el planeta.