Según el Grupo de Acción del Transporte Aéreo –ATAG-, la aviación es responsable de alrededor del 2% de las emisiones generadas por el hombre y del 12% de las generadas por el transporte en general. Pero es evidente que la solución para reducir ese impacto ambiental no está en dejar de volar puesto que la contribución del transporte aéreo de personas y mercancías al desarrollo de nuestra sociedad y economías está fuera de cuestión.
El reto de enorme dimensiones que requiere la colaboración de los muchos actores de la aviación – industria, operadores, administraciones, compañías aéreas…- para que enfoquen toda su creatividad y recursos en reducir su huella medioambiental. Cada uno en su parcela. Desde la fase de diseño de aeronaves y motores, en la fase fabricación, en la puesta en vuelo, en el transporte aéreo, la comercialización de los vuelos, la gestión del tráfico aéreo con rutas más eficientes y por supuesto los reguladores, las distintas administraciones.
Por su parte, las empresas aeronáuticas españolas llevan ya muchos años comprometidas con el desarrollo de tecnologías y soluciones para que la aeronáutica y la aviación minimicen su huella medioambiental. Está en el ADN de las empresas aeronáuticas de TEDAE, tanto por responsabilidad como agente relevante en el desarrollo de la aviación, como porque es factor clave para su competitividad presente y futura. De hecho, el sector aeronáutico español dedica un 9% de su facturación (más de 9.000 millones de euros)a I+D+i.
La industria ha hecho suyos los ambiciosos objetivos de ACARE (Advisory Council for Aeronautics Research in Europe) para 2050. Como por ejemplo reducir en un 65% los ruidos percibidos, rebajar al 75% las emisiones de CO2 y los óxidos de nitrógeno en un 90%, emisiones cero en pista o el diseño de motores y aviones 100% reciclables.
Las empresas aeronáuticas de TEDAE están llevando a cabo desarrollos tecnológicos y programas de mejora de producto encaminados a reducir emisiones y el consumo de combustible, a conseguir aviones más silenciosos, a acelerar la comercialización de biocombustibles, a potenciar la economía circular y el reciclaje, a conseguir nuevos materiales más ligeros y estructuras más eficientes, así como una gestión eficiente del tráfico aéreo.
El compromiso medioambiental también lo ponen en práctica en el proceso de fabricación, apostando fuertemente por la digitalización y la industria 4.0, innovando para una mayor eficiencia energética, aplicando una logística de materiales que reduzcan el impacto ambiental de la actividad aeronáutica, la sustitución de sustancias contaminantes. Otras acciones menos visibles pero no menos importantes, son la gestión de los residuos y consumo de agua y electricidad en fábricas e instalaciones, y el transporte eficiente de mercancías y personas.
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