El Centro de Astrobiología (CAB, CSIC-INTA) y el Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC) han formado parte del equipo científico internacional liderado por la Universidad de Ginebra responsable del descubrimiento de un exoplaneta gigante. WASP-76b, situado a unos 390 años luz de distancia, se encuentra en la constelación de Piscis y ha sido hallado gracias al nuevo instrumento ESPRESSO instalado en el telescopio VLT (Very Large Telescope) del Observatorio Europeo Austral (ESO), en Cerro Paranal (desierto de Atacama, en Chile).
WASP-76b es un exoplaneta gigante extremadamente caliente, con unas temperaturas diurnas que suben por encima de los 2.400°C, lo suficientemente altas como para vaporizar metales como el hierro. Estos vapores son arrastrados por el viento hacia las regiones nocturnas del planeta donde, con el descenso de las temperaturas (en torno a 1.500ºC), se condensan y caen en forma de lluvia.
Los investigadores han identificado por primera vez variaciones químicas en un exoplaneta gigante, fenómeno que se debe a que el exoplaneta muestra siempre la misma cara a su estrella anfitriona. Esta situación, conocida como “acoplamiento de marea”, es la misma que se da entre la Luna y la Tierra: el tiempo que tarda el exoplaneta en girar alrededor de su eje coincide con el tiempo que tarda en recorrer su órbita. De este modo, el exoplaneta WASP-76b mantiene una región diurna y otra nocturna, con grandes diferencias de temperatura.
El exoplaneta recibe miles de veces más radiación de su estrella que la Tierra del Sol, lo que provoca que la temperatura en su cara diurna sea tan elevada que las moléculas se separen en átomos, y que metales como el hierro se encuentren en la atmósfera en forma de vapor.