El Ministerio de Defensa y Navantia han firmado la Orden de Ejecución para la construcción de dos buques hidrográficos costeros (BHC) para la Armada.
Tras la autorización del Consejo de Ministros el pasado mes de agosto, la firma ha tenido lugar este miércoles en el Ministerio de Defensa, por parte de la secretaria de Estado de Defensa, María Amparo Valcarce, y del presidente de Navantia, Ricardo Domínguez.
Los buques sustituirán al hidrográfico Antares, construido en la década de los setenta y único aún en servicio de los cuatro de la clase Castor. Con los nuevos BHC se dará un paso importante en la renovación de la Flotilla Hidrográfica, avanzando además en la transición verde, ya que los nuevos buques podrán operar con biocombustibles y cumplirán con la última normativa de emisiones.
Los BHC tienen como misión principal la elaboración y mantenimiento de la cartografía náutica oficial del Estado, en aguas y costas españolas, un cometido del Instituto Hidrográfico de la Marina (IHM), responsable de operar estos buques y de la publicación y difusión de las cartas náuticas en la zona de responsabilidad nacional, constituyendo una misión de Estado.
Para ello, Navantia ha presentado un diseño conceptual al Ministerio de Defensa, conforme a los requisitos necesarios para el cumplimiento de las misiones del buque. Serán buques de 47 metros de eslora y un desplazamiento de alrededor de 900 toneladas. Con una dotación reducida de 30 personas, por su alto grado de automatización, tendrán una autonomía de 3.000 millas para mantenerse operando en aguas hasta 200 metros de profundidad durante 15 días.
Estos buques se construirán en el astillero de Navantia en San Fernando (Cádiz). Durante los próximos cuatro años, la obra sostendrá 700 puestos de trabajo, incluyendo empleos directos, indirectos e inducidos por la actividad económica.
Los BHC serán capaces de realizar levantamientos hidrográficos que permitan la elaboración de la cartografía, apoyo a la Flota con información geográfica, medioambiental y meteorológica y protección del patrimonio arqueológico subacuático. Para ello, estarán dotados de equipos hidrográficos como ecosondas, sonar de barrido lateral o sistemas de posicionamiento que contribuirán al estudio de la columna de agua y del lecho marino.
Además, contarán con medios autónomos como un ROV (Remotely Operated Vehicle), un USV (Unmanned Surface Vehicle) y un bote hidrográfico, que trabajarán de forma autónoma para compilar y registrar datos y que tienen la capacidad de realizar trabajos hidrográficos y oceánicos.