Como sabéis, la ESA ha anunciado que el rover Rosalind Franklin (misión conjunta con la agencia espacial rusa Roscosmos Exomars 2022), está listo para volar a Marte, a falta de unas pruebas menores. El lanzamiento está previsto para septiembre de este año y su objetivo es buscar señales de vida en el planeta rojo. El vehículo Rosalind Franklin se encuentra actualmente en una habitación ultra limpia en Thales Alenia Space en Turín (Italia).
Aprovechamos este hito para enviaros información sobre el papel de Thales Alenia Space en España en este vehículo, por si estáis interesados en hablar con algún portavoz de la compañía al hilo de algún tema más en profundidad del papel de la industria española en misiones espaciales tan relevantes como esta. También tenéis este vídeo por si os resulta de interés.
Thales Alenia Space ha desarrollado y producido en sus instalaciones de Tres Cantos (Madrid) la Electrónica de Control de los Actuadores (ADE) para el rover Rosalind Franklin de ExoMars 2022. Estas unidades electrónicas se encuentran en el corazón del sistema de locomoción y controlan los mecanismos que despliegan, giran y dirigen las ruedas. Además de controlar el despliegue de los paneles solares, levantar el mástil de la cámara panorámica y girar el cabezal de la cámara.
Hay que destacar que los vehículos enviados a Marte se han quedado a veces atrapados en la arena y que el giro continuo de las ruedas puede contribuir a hundirlos aún más. Para evitarlo, Rosalind dispone de un modo de locomoción único llamado “wheel-walking” (caminando sobre las ruedas), que proporciona una buena tracción tanto en suelos blandos y arenosos como en pendientes.
El Rosalind Franklin también será capaz de escalar y superar obstáculos (rocas) tan grandes como sus propias ruedas, gracias al sistema de locomoción formado por seis ruedas metálicas, las cuales proporcionan muy buen agarre, unidas en tres ejes y accionadas de forma independiente por las unidades ADE.
Las unidades ADE cuentan con la electrónica más compleja jamás expuesta al hostil entorno marciano, teniendo que hacer frente a temperaturas oscilando entre los -100ºC por las frías noches marcianas y los +90ºC trabajando a plena luz del día. Estas unidades se encuentran en el exterior del rover, mientras que el interior, controlado térmicamente, está reservado al laboratorio científico (donde se analizan las muestras que extrae del suelo hasta 2 metros de profundidad) y a otros subsistemas del rover.