El pasado mes de noviembre se presentaban los resultados del Informe elaborado por KPMG sobre el impacto económico y social de la Industria de Defensa, Seguridad, Aeronáutica y Espacio, sectores agrupados por TEDAE.
Los datos ponen de manifiesto el carácter cada vez más estratégico de unos sectores cuyo peso sobre la economía nacional ha venido aumentando de manera continuada durante los últimos años.
Se trata de divisiones de la industria española que, en conjunto, han registrado la mayor tasa de crecimiento en los últimos años y que han servido de motor a la economía nacional. En este sentido, conviene señalar que, además de la riqueza directa que generan, estos sectores ejercen un importante efecto arrastre sobre el resto de la economía gracias a su extensa cadena de suministro y al impulso que ejercen sobre esos sectores.
La facturación de los polos de TEDAE, cuyo crecimiento medio desde 2014 ha sido del 6,9%, se sitúa en los 14.100 millones de euros. No obstante, su impacto económico total, teniendo en cuenta un factor de arrastre que se estima en el 1,7, superaría los 20.600 millones, representa el 1,7% del PIB de España. Serían los subsectores de Aeronáutica (77%) y Defensa Naval y Terrestre (14%) los que concentrarían la mayor parte del impacto económico del sector sobre la economía española, si bien se observa un fuerte dinamismo en la evolución de los subsectores Espacio y Seguridad.
Conviene destacar el importante peso que tiene la exportación, que representa el 70% de la facturación total, reduciendo su vulnerabilidad respecto a la demanda interna.
El impacto de los sectores Aeronáutico, Espacio, Defensa y Seguridad es igualmente importante sobre la creación de empleo, al generar más de 200.000 puestos de trabajo en España, 50.000 de ellos de manera directa en empresas que participan en el sector, mientras que el 50% estarían generados en su cadena de valor y el resto serían inducidos por el consumo de los anteriores. Se trata, además, de un empleo de calidad y bien remunerado, con un salario medio un 83% superior a la media nacional y que se sitúa por encima de otras industrias y solamente superado por la industria farmacéutica. La gran presencia de multinacionales o el fuerte componente innovador en los proyectos del sector, contribuye a atraer y mantener talento, un elemento que acentúa el carácter estratégico del sector para la economía española.
Una característica igualmente importante de los sectores que agrupa TEDAE es su fuerte inversión en I+D+i, que contribuye a una mayor competitividad y resiliencia de la economía española en una industria de alto valor añadido y que sitúa a España como una referencia a nivel mundial para el sector. En este sentido, cabe señalar que, en su conjunto, estos sectores destinan el 8% de la facturación a inversiones en I+D+i que, junto al efecto arrastre que supone en otras empresas dedicadas a la investigación y desarrollo, suponen una inversión de 2.000 millones de euros anuales, un 13% de la inversión nacional. Este esfuerzo innovador ha dotado a estos sectores de una mayor resiliencia, elemento clave en momentos de incertidumbre como el actual y que, puede otorgarles un papel clave en la recuperación de la economía nacional en el medio plazo.
Finalmente, y en términos de recaudación fiscal, los sectores agrupados por TEDAE representan en torno al 1,2% de la recaudación anual de la Hacienda española, con algo más de 2.500 millones de euros.
Los resultados de este estudio ponen de manifiesto el carácter estratégico para la economía española de los sectores agrupados por TEDAE y la importancia de preservar nuestro tejido industrial. La respuesta y capacidad de adaptación de estas industrias durante la pandemia Covid-19 son un elemento adicional a tener en cuenta en un contexto de incertidumbre como el actual y en el que todos los gobiernos tratan fortalecer sus capacidades productivas y garantizar una relativa independencia para hacer frente a futuros escenarios adversos.
En este sentido, los fondos europeos de recuperación representan una oportunidad excepcional para impulsar el desarrollo de estos sectores y fortalecer sus cadenas de suministro, pero también, para las empresas que componen la industria se beneficien de los instrumentos que las distintas Administraciones desarrollen para canalizar dichos fondos, afianzando sus planes estratégicos y acelerando su transformación digital. Es el momento de definir e identificar proyectos que encajen con los grandes ejes del Plan de Recuperación: la digitalización y la sostenibilidad, sin perder de vista la necesidad de cuantificar su impacto potencial en el conjunto de la economía y la sociedad, factores que serán determinantes en su elegibilidad.
Los resultados del informe pueden convertirse en una herramienta útil para las administraciones de cara a conocer el impacto económico y social de estas industrias y, de este modo, poder valorar su capacidad para dar respuesta a los objetivos del Plan de Recuperación europeo, centrados en la reconstrucción de la economía europea tras la Covid-19 y en lograr que sea más sostenible, digital y resiliente.
Sin duda, el Plan de Recuperación y Resiliencia que el gobierno español debe presentar a Bruselas antes del 30 de abril, arrojará luz sobre la apuesta que España hace por mantener y fortalecer unos sectores tan estratégicos dentro de nuestra economía.
Begoña Cristeto
Socia responsable de Automoción, Industria y Química
KPMG en España