- El satélite climático se someterá ahora a extensas pruebas
Airbus ha finalizado la integración del satélite Copernicus Sentinel-2C. Es el tercero de su clase y ahora se enviará a Múnich para someterse a exhaustivas pruebas ambientales que demuestren su aptitud para el espacio. La campaña de pruebas durará hasta marzo de 2022.
Los datos recogidos por los satélites Sentinel-2 se utilizan para vigilar el uso y los cambios del terreno, el sellado del suelo, la gestión de la tierra, la agricultura, la silvicultura, las catástrofes naturales (inundaciones, incendios forestales, deslizamientos de tierra y erosión) y para ayudar a las misiones de ayuda humanitaria. La observación del medio ambiente en las zonas costeras también forma parte de estas actividades, así como la vigilancia de los glaciares, el hielo y la nieve.
Ofreciendo una «visión en color» para el programa Copernicus, Sentinel-2C – al igual que sus satélites precursores Sentinel-2A y -2B – ofrecerá imágenes ópticas desde el rango visible hasta el infrarrojo de onda corta del espectro electromagnético. Desde una altitud de 786 kilómetros, el satélite «C», de 1,1 toneladas, permitirá seguir tomando imágenes en 13 bandas espectrales con una resolución de 10, 20 o 60 metros y una anchura de barrido única de 290 km.
La estructura del telescopio y los espejos son de carburo de silicio, pionera en Airbus para proporcionar una estabilidad óptica muy elevada, minimizando la deformación termoelástica, lo que da lugar a una excelente calidad geométrica de la imagen. Esto no tiene precedentes en esta categoría de captadores ópticos. Cada satélite Sentinel-2 recoge 1,5 terabytes al día, después de una compresión a bordo. Los datos se formatean a alta velocidad y se almacenan temporalmente a bordo en la unidad de Memoria Masiva y Formateo de mayor capacidad que vuela actualmente en el espacio. La grabación de datos y el enlace descendente con láser pueden tener lugar simultáneamente, a alta velocidad a través de la SpaceDataHighway del satélite EDRS, además del enlace directo en banda X con las estaciones terrestres.
La misión Sentinel-2 se basa en una constelación de dos satélites idénticos, Sentinel-2A (lanzado en 2015) y Sentinel-2B (lanzado en 2017), volando en la misma órbita pero separados 180° entre sí para una cobertura y tiempo de revisita óptimos. Los satélites orbitan la Tierra cada 100 minutos, cubriendo todas las superficies terrestres de la Tierra, las grandes islas y las aguas interiores y costeras cada cinco días.
En la actualidad, los satélites Sentinel-2 están detectando sistemáticamente todas las zonas terrestres y acuáticas, produciendo excelentes resultados. El año pasado, la misión Sentinel-2 se mantuvo como la primera misión europea en términos de publicaciones científicas revisadas por colegas (1200 durante 2020) y volumen de datos distribuidos a los usuarios.
La misión Sentinel-2 ha sido posible gracias a la estrecha colaboración entre la ESA, la Comisión Europea, la industria, los proveedores de servicios y los usuarios de datos. En su desarrollo han participado unas 60 empresas, encabezadas por Airbus Defence and Space en Alemania para los satélites y Airbus Defence and Space en Francia para los instrumentos multiespectrales, mientras que Airbus Defence and Space en España es responsable de la estructura mecánica del satélite.
Copernicus, el programa europeo de vigilancia del medio ambiente, está dirigido por la Comisión Europea (CE) en colaboración con la Agencia Espacial Europea (ESA). Los Copernicus Sentinel proporcionan datos de teledetección de la Tierra, prestando servicios operativos clave relacionados con el medio ambiente y la seguridad.