Una vez superados los distintos ensayos que demuestren su compatibilidad con el entorno del planeta rojo, Airbus Defence and Space entregará a la Agencia Espacial Europea el rover de la misión Exomars el próximo 31 de julio. Bautizado como Rosalind Franklin, en honor de la científica codescubridora de la estructura del ADN, el rover perforará el suelo marciano en busca de signos de vida pasada y presente. Se trata de un programa conjunto ruso-europeo que consta de dos misiones, uno de cuyos objetivos principales es evaluar los riesgos para preparar futuras misiones tripuladas, robóticas y humanas. La primera misión se puso en marcha en marzo de 2016 con el lanzamiento de la sonda TGO –ExoMars Trace Gas Orbiter- y un módulo de aterrizaje, que no consiguió un “amartizaje” exitoso. La sonda lleva estudiando desde entonces las trazas de gases existentes en la atmósfera marciana, proporcionando resultados científicos importantes y retransmitiendo datos del rover Curiosity y el módulo de aterrizaje Insight de la NASA. También se encargará de la transmisión de datos de la misión 2020 cuando llegue al Planeta Rojo.
Está programado que el vehículo robótico inicie su viaje en julio de 2020, y su llegada a Marte está prevista para marzo de 2021. Allí perforará el suelo con un taladro hasta una profundidad de dos metros para tomar muestras del terreno que se analizarán en el laboratorio miniaturizado que incorpora en su interior. Los instrumentos, que deberán funcionar en unas condiciones extremas, y duras, incorporan tecnología española desarrollada por el Centro de Astrobiología –CSIC-INTA-, la Universidad de Valladolid, el Instituto de Técnica Aeroespacial –INTA- y por algunas empresas de espacio de TEDAE, como Airbus Defence and Space España, Alter Technology Tüv Nord, Elecnor Deimos, GTD, GMV, Sener y Thales Alenia Space España.