Ganar al futuro - Artículo de opinión de César Ramos, director general de TEDAE.

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Si miramos hacia atrás, hacia el origen de las actividades espaciales de nuestro país, observamos que España participó del esfuerzo espacial en Europa desde su origen, a pesar de que esta exigencia estuviera más allá de su capacidad financiera y técnica de entonces.

Es cierto que el camino hasta hoy no ha sido fácil. A finales de la década de los años 70 España se planteó, incluso, abandonar la ESRO, predecesora de la Agencia Espacial Europea (ESA), por dificultades financieras y, también, por su incapacidad para retornar más del 30% de su aportación al presupuesto global.

Sin embargo, se encontró la motivación política que hizo del gasto en espacio una inversión que, más tarde, superaría todas las expectativas. Por un lado, España no deseaba incrementar su aislamiento y quería formar parte del escenario europeo. Por otro, Europa no podía ceder en la carrera espacial frente a EEUU y la Unión Soviética y para ello era imprescindible mantener la unidad entre todos los países occidentales en el seno de la ESRO.

Por esto, y por otras muchas razones, la rentabilidad del espacio no se mide únicamente con respecto a indicadores financieros, ya que posee otros aspectos clave que permiten potenciar los factores de éxito a través de los que se obtienen distintas ventajas competitivas para el Estado.

Disponer de capacidad espacial constituye para un país contar con una herramienta clave para su futuro, ya que se ha demostrado que es un importante vector de crecimiento económico, que ayuda a alcanzar los objetivos estratégicos de los países y que es, sobre todo, una herramienta política de primer nivel.

En los últimos años el espacio ha pasado a considerarse una localización geográfica más, donde sus productos y aplicaciones de alta tecnología se han convertido en un importante mercado a tener en cuenta. Mercado en el que la industria espacial española tiene presencia en todos sus segmentos de actividad, con un significativo posicionamiento en la cadena de valor. Cabe mencionar, como dato, que en la actualidad existen más de 50 países que poseen satélites propios en el espacio y que el mercado en los próximos años se valora en más de 300.000 millones de dólares.

Ningún país cuestiona que el sector espacial es estratégico para sus intereses y que representa una importante oportunidad para el futuro, como tampoco que atraviesa un periodo de transformación tecnológica donde las inercias ya no son suficientes.

En este entorno global, España debe responder al reto de participar en el ambicioso plan espacial internacional con un modelo de desarrollo adecuado y estable. El compromiso debe implicar a todos los intervinientes en el sector.

Por una parte, la Administración, que debe aportar las oportunidades críticas que propicien un entorno de éxito a través de un compromiso decidido y un propósito de respaldo, que trascienda los ejercicios económicos.

Por otra, la industria, que debe alcanzar estructuras empresariales rentables y flexibles que, con el tamaño adecuado y la consolidación de su posición en lo alto de la cadena de valor, conforme un tejido industrial competitivo y fiable.

Y, por último, la opinión pública, que debe, también, coadyuvar en el desarrollo de una conciencia espacial que asuma el retorno que esta industria representa desde el punto de vista tecnológico, económico y social.

Esta colaboración público-privada debe establecer metas a largo plazo que generen riqueza y más puestos de trabajo de alta cualificación, que preserve el liderazgo industrial español y el desarrollo del conocimiento alcanzado en más de cinco décadas.

El primer paso del nuevo futuro de la industria espacial española comienza en la Conferencia Ministerial de la ESA de finales de este año. Es el momento de recuperar la senda de crecimiento, de dotar una envolvente presupuestaria adicional y de trasladar a nuestros socios la confianza y el compromiso que España ha mantenido desde el principio de la actividad espacial.

Contar con un sector estratégico cuesta, sin duda, mucho dinero; pero no tenerlo, cuesta mucho más. Por eso nos encontramos, otra vez, en el momento de ganar el futuro.

FUENTE: infoespacial.com