La misión Proba-3 de la ESA, liderada por Sener, entra en su última fase de ensayos

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La misión Proba-3 de la ESA, liderada por Sener, entra en su última fase de ensayos
    Proba-3 logrará, por primera vez, un vuelo en formación de alta precisión entre dos plataformas en el espacio, demostrando la viabilidad de tecnologías que permitirán desarrollar grandes telescopios con elementos alejados entre sí; es la primera ocasión en la que una empresa española lidera el desarrollo completo de una misión de la ESA.

La misión Proba-3 de la Agencia Espacial Europea (ESA), liderada por el grupo de ingeniería y tecnología Sener, ha alcanzado un nuevo hito tras completar con éxito la campaña de ensayos ambientales de los dos satélites en las instalaciones de IABG en Ottobrunn (Alemania). El objetivo de esta campaña de ensayos era comprobar que los satélites y sus diferentes equipos pueden aguantar las vibraciones generadas durante el lanzamiento, en configuración “stack” (con el satélite más ligero, “Occulter”, montado sobre el satélite “Coronograph”), y que no se ven afectados por las condiciones térmicas que se verán en órbita, alternando condiciones calientes (cuando los satélites están apuntando al Sol) y condiciones frías durante los eclipses.

Estos ensayos se completaron con pruebas de activación de los varios mecanismos que llevan los satélites (uno, el de panel solar del “Coronograph”, desarrollado por Sener), así que con una comprobación completa de los sistemas de propulsión fabricados por Ariane Group y Bradford.

Demostrada la validez de las dos plataformas de Proba-3, el equipo industrial liderado por Sener se enfoca ahora en la última fase del proyecto: verificar la versión final del software de vuelo con ensayos funcionales en los satélites, así como finalizar la preparación de las operaciones usando las herramientas del segmento de tierra.

Tras esta última fase, los satélites serán lanzados en 2024. Tras la fase de lanzamiento y órbita temprana (que incluirá la separación de la configuración “stack” en dos satélites independientes), tendrá lugar una fase de verificación orbital previa a la entrega a la ESA, que operará el sistema durante el resto de la misión.

La primera misión de la ESA cuyo desarrollo completo lidera una empresa española

Sener lidera la misión Proba-3, en estrecha colaboración con un equipo industrial formado por Redwire Space, Airbus Defence and Space en España, GMV Space and Defence y Spacebel, que engloba un amplio consorcio de más de 29 empresas de 17 países. Es la primera vez que una empresa española lidera el desarrollo completo (es decir, es responsable tanto del segmento de vuelo como del de tierra) de una misión de la ESA.

El principal objetivo de la misión Proba-3 es conseguir, por primera vez, un vuelo en formación de alta precisión entre dos plataformas en el espacio. Esto demostrará la viabilidad de una tecnología que se empleará en el desarrollo de grandes telescopios cuyos elementos principales (como lentes y detectores) deban estar alejados, manteniendo sus posiciones y distancias relativas con una elevada precisión y estabilidad. Esta tecnología evitará recurrir a estructuras desplegables pesadas y voluminosas, que podrían no caber en los actuales lanzadores espaciales, reduciendo el coste de la puesta en órbita y operación.

Proba-3 también llevará a cabo un estudio científico de la corona solar. Los dos satélites (Occulter y Coronagraph) de la misión volarán a una distancia de 150 metros. Estos formarán lo que se denomina un “coronógrafo con ocultador externo”, de tal forma que uno de los satélites evite que la luz del Sol llegue directamente a la cámara del instrumento montado en el otro, dejando visible únicamente la corona solar. Este proceso será totalmente autónomo y creará un eclipse artificial de 6 horas de duración sobre el segundo satélite todos los días.

Se trata de una misión especialmente ambiciosa, entre otros motivos, por el alto grado de autonomía que implementarán los algoritmos de a bordo y por las operaciones relacionadas y la coordinación requerida entre dos plataformas que se mueven muy cerca entre sí en el espacio, aspectos para cuyo éxito las pruebas llevadas a cabo este verano son críticas.

Proba-3 forma parte del Programa de Tecnología de Soporte General de la ESA, y la participación de España ha sido posible gracias al apoyo del Centro para el Desarrollo Tecnológico e Industrial.