Se han batido récords de inversión en la última reunión ministerial, 14.400 millones de euros. Y comprometidos por España, 852 millones de euros hasta el 2024 ¿qué va a significar toda esa inversión para Europa y qué va a significar para España?
Una parte importante de nuestro futuro y del de las nuevas generaciones se va a jugar en el espacio o va a estar relacionada con él. A día de hoy se estima que cerca de un 25% de la economía europea depende en mayor o menor medida de activos, servicios y datos espaciales.
Las decisiones tomadas en la Space19+ de Sevilla suponen una apuesta firme de todos los Estados miembros por mantener a Europa entre los líderes en materia espacial y convertir a la Agencia Espacial Europea en un socio de referencia para las grandes agencias espaciales mundiales.
Únicamente contando con una sólida base científica, industrial y tecnológica podrá Europa mantener y potenciar su papel en esta apuesta de presente y de futuro. Y la aprobación de 14.400 millones de euros de nuevas inversiones en espacio garantiza el futuro de la actividad espacial europea.
En lo referente a España, el aumento de contribución aprobado nos ha permitido consolidarnos como quinto máximo contribuyente a la Agencia y sentar las bases necesarias para mantener a nuestra comunidad científica y a nuestra industria en el rol de liderazgo que ostentan en el entorno global.
¿De todas las decisiones adoptadas en Sevilla, ¿cuáles destacaría?
Considero que más que una decisión concreta del Consejo Ministerial de Sevilla lo que habría que destacar es la renovada apuesta de los Estados miembros de la ESA por el desarrollo del espacio y por la cooperación internacional, tanto en el entorno europeo con la Unión Europea como globalmente, en particular con la NASA.
A este respecto, me gustaría destacar el aumento presupuestario aprobado para las Actividades Básicas de la Agencia y para el Programa científico, que es un claro mensaje de apoyo al organismo, ya que estas dos líneas conforman la columna vertebral y su principal razón de ser. Por otro lado, el excelente resultado cosechado en el Programa de exploración, basado en la cooperación internacional con NASA, JAXA, Roscosmos y otros organismos, y la aprobación de un presupuesto un 30% superior al solicitado en el Programa Copernicus en cooperación con la UE, lo que supone una clara declaración de intenciones de los Estados miembros de la ESA de basar su desarrollo en el multilateralismo y la cooperación.
España ha actuado en línea con estas prioridades, aumentando en un 100% nuestra contribución al programa de exploración y siendo el cuarto máximo contribuyente al programa Copernicus, además de apoyar el sustancial aumento del presupuesto obligatorio de la ESA.
Ya tenemos los medios para llevar a cabo desafiantes programas espaciales. ¿Qué debe hacer ahora la industria para participar y llevar a buen término esa inversión?
La industria española viene demostrando desde hace años su excelencia basada en una alta cualificación y una destacada competitividad económica. En los últimos tiempos es difícil encontrar un solo programa, misión o satélite europeo que no cuente con elementos críticos desarrollados por las empresas españolas.
Para consolidarse y crecer, las empresas deben ahora mantener y mejorar sus capacidades, potenciar sus virtudes (por ejemplo su flexibilidad en la ejecución de proyectos) y tratar de solventar sus carencias (por ejemplo, aquellas derivadas del limitado tamaño de las empresas, que en muchas ocasiones dificulta su participación en grandes contratos como los que generalmente licita la Unión Europea). Estos procesos se deben acompasar con la cooperación e integración de las PYMEs y centros de investigación, que aportan al sistema una indispensable cuota de innovación.
Otros aspectos en los que sería necesario seguir trabajando en los próximos años es en el acceso al mercado comercial, de modo que se limite algo la dependencia de la financiación pública, y en el aumento de la inversión privada tanto en personal altamente cualificado como en la I+D+I empresarial privada.
¿Qué valoración hace el gobierno de España del sector espacial y qué claves del mismo han permitido hacer una decidida apuesta por el mismo?
La capacitación tecnológica, la alta cualificación y la innovación del sector espacial son un seguro de futuro. Y sumamos la rentabilidad directa.
El sector espacial es exportador por naturaleza (cerca del 85 % de su facturación proviene de exportaciones), reinvierte una importante parte de su facturación en I+D+I (una cifra superior al 10%, muy por encima de la media de otros sectores) y su productividad es excepcionalmente alta (en el caso de España, más de 3,5 veces la media nacional). Todas estas cifras hablan de un sector económico de referencia, al que además hay que sumarle un importante componente estratégico y de seguridad.
Durante la dura crisis pasada, el comportamiento de la industria espacial ha sido excelente, con un aumento global de la facturación pese a las dificultades a las que se han enfrentado. Y esto se ha logrado pese a la inevitable disminución de la inversión pública. Además, en este periodo hemos visto una creciente internacionalización de empresas españolas que ahora son destacadas multinacionales referentes en otras muchas áreas tecnológicas. De hecho se estima que la inversión en espacio genera un beneficio de más de 2,1 la cantidad invertida.
Madrid ha acogido la última cumbre del clima, COP25, ¿qué puede aportar el espacio en la lucha contra el cambio climático?
Probablemente el área de mayor contribución al estudio y la lucha contra el cambio climático sea el de observación de la Tierra. Para comprender los cambios que sufre nuestro planeta, es necesario tener una visión global del mundo y comprender cómo está evolucionando el planeta con el tiempo. Los satélites de observación de la Tierra pueden proporcionar información detallada en todo el mundo, ayudando a desarrollar estudios globales de la superficie de la Tierra, la atmósfera y los océanos, y analizar aspectos relacionados con el cambio climático como la deforestación, las sequías, el deshielo, la distribución y la evolución de ozono, etc.
En el caso de Europa la contribución se hace principalmente a través de la Comisión Europea, la Agencia Espacial Europea y EUMETSAT. Y de forma muy particular a través del programa Copérnico, que cuenta con uno de sus seis servicios dedicado al cambio climático.
Destacar que la nueva fase de este programa, propuesto en el reciente Consejo Ministerial de la ESA, logró un apoyo financiero que excedió en cerca de un 30% la solicitud inicial de la propia Agencia. Y que España, con 170 millones de euros, se convirtió en el cuarto máximo contribuyente al mismo.
CHEOPS ya se ha lanzado… ¿Qué nuevos conocimientos nos puede aportar el satélite?
Hace apenas 20 años que se detectó el primer exoplaneta y desde entonces muchos otros han sido localizados. Con Cheops se pasará de la simple detección a la caracterización de los mismos.
El principal objetivo científico de Cheops es estudiar la estructura de los exoplanetas en el rango de tamaño entre “súper-Tierras” y “Neptunos” que orbitan estrellas brillantes con períodos de revolución por debajo de 50 días. El satélite permitirá determinar el tamaño exacto de planetas cuya masa es conocida, lo que nos dará información sobre su densidad aparente y así podremos caracterizar su estructura.
Pero el objetivo no es quedarse ahí, en 2026 está previsto el lanzamiento de una nueva misión de la ESA denominada PLATO, que continuará con esta tarea y con posibilidades de detectar exoplanetas de tamaño similar al de la Tierra, estudiando además la posibilidad de que sean habitables.
Me gustaría recordar un dato que permite hacerse una idea del interés de este tipo de investigación a nivel mundial: el último Premio Nobel de Física, concedido a los científicos Michel Mayor y Didier Queloz, se les dio “por el descubrimiento de un exoplaneta orbitando una estrella de tipo solar”. Se trata, por tanto, de una misión de la máxima actualidad que se desarrolla para ampliar los límites tecnológicos y científicos.
De nuevo permítame destacar que este satélite está liderado por la industria española en cooperación con Suiza, que el segmento terreno de control ha sido desarrollado también por la industria nacional y que la misión será operada por el INTA desde sus instalaciones en Madrid. Por tanto es además un nuevo éxito del sector espacial español.
¿Qué les diría a los que dudan de la eficacia de gastar dinero en investigación y exploración espacial?
Uno de los objetivos del hombre es el conocimiento. Pero es que además existe un importante retorno de la inversión en espacio en otras áreas del conocimiento, la ingeniería y la tecnología. Los programas espaciales nos aportan además hoy una ingente cantidad de servicios e información, y para un país líder como España es imposible mantenerse como simple usuario de toda esta información y conocimiento y no formar parte de la generación y la gestión del mismo.
Adicionalmente, el espacio es un polo de atracción para los estudiantes de STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas) y estos estudiantes son nuestra inversión de futuro.
¿Cómo valora hasta ahora su paso por el Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades?
Debo decir que por el momento la experiencia está siendo positiva, aunque es pronto para poder hacer una evaluación precisa, ya que la acción política en general requiere de un periodo más amplio y más estable para poder ver los resultados.
Que siente un ingeniero y astronauta, que ha dedicado buena parte de su vida profesional al espacio, viéndose al frente del ministerio del que depende la actividad espacial española?
Tras haber pasado por muchos puestos relacionados con el espacio y haber defendido durante años la necesidad de invertir en ciencia e innovación, ser designado Ministro de Ciencia, Innovación y Universidades es una oportunidad para hacer las cosas que he demandado. Mi objetivo es contribuir a mejorar la situación del sistema español de ciencia, tecnología e innovación. Y, en consecuencia, mejorar la situación del país.