Sí y de hecho ya son varios los satélites de operadores españoles orbitando por el espacio. Unos, como Paz, de la empresa Hisdesat, son de observación de la Tierra con aplicaciones para la defensa y seguridad o con funciones del ámbito civil como el control medioambiental o la detección de vertidos. Al que se unirá en breve el satélite óptico Ingenio –el lanzamiento está previsto para este mes–, completándose con ello el Plan Nacional de Observación de la Tierra y situando a España en el reducido grupo de países con capacidad autónoma de observación de la Tierra.
Otros satélites de comunicaciones como Spainsat y X-Star están dando servicio desde el espacio al Ministerio de Defensa, y serán sustituidos por los Spainsat NG actualmente en fase de desarrollo. Ya en 1974 el INTA puso en órbita Intasat, un microsatélite que durante dos años estudió los electrones en la ionosfera. Otra empresa española, Hispasat, ha puesto en órbita un buen número de satélites de telecomunicaciones – diversos Hispasat, Amazonas y Amazonas Nexus- que proporcionan servicios interactivos y aplicaciones multimedia a una gran cantidad de usuarios de América, Europa y norte de África.
Sin olvidar los Deimos-1 y Deimos-2, de la empresa Deimos Imaging. También la Universidad Politécnica de Madrid o la de Barcelona han puesto en órbita pequeños satélites. Y hay más. Por otro lado, el año pasado se lanzó la misión CHEOPS destinada al estudio de exoplanetas, liderada por la industria española.
España cuenta con un tejido industrial espacial a la vanguardia tecnológica y empresarial, del que podemos sentirnos orgullosos. Nuestro país ha dado un salto tecnológico sustancial en el entorno espacial global, pasando de ser suministrador de equipos y subsistemas a estar en condiciones de fabricar sistemas de satélites completos.
La industria española de fabricación de satélites, lanzadores y centros de control en tierra continúa asumiendo cada vez mayores responsabilidades y contratos más importantes. Buena parte de los ingenios espaciales que navegan por el universo incorporan tecnología y equipos desarrollados y fabricados por las 23 empresas espaciales de TEDAE. Las empresas de espacio de TEDAE colaboran en los programas espaciales de mayor repercusión, y tienen probada experiencia en contratos internacionales con grandes compañías, agencias espaciales –como ESA, NASA, ROSCOSMOS o JAXA– y entidades gubernamentales de todo el mundo.
No obstante, en el espacio no se puede hacer nada solo. España como miembro de la ESA disfruta de acceso soberano al espacio gracias al engranaje que tan exitosamente ha institucionalizado la ESA para articular la colaboración entre los países.
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