LA ESA ALERTA DEL RIESGO URGENTE QUE PLANTEA LA BASURA ESPACIAL
EL DIRECTOR de la Agencia Espacial Europea (ESA), Josef Aschbacher, ha alertado en la VIII Conferencia Europea sobre Basura espacial celebrada en abril que los restos de satélites que se quedan orbitando sin control alrededor de la Tierra plantean uno de los retos “más urgentes para el futuro del espacio”.
Según cálculos de la ESA, desde que se inició la carrera espacial en 1957, más de 5.000 lanzamiento han acumulado un censo de unos 26.000 objetos, de los que 23.000 pueden considerarse desechos sin ninguna utilidad. Pero si tenemos en cuenta los objetos de menos de 1 centímetro que han quedado flotando en el espacio, ya sea porque se han desprendido o porque han sido impactados por otros objetos, la cifra sube a más de 750.000 restos.
Independientemente de su tamaño, la velocidad de 56.000 kilómetros a la que viajan los convierte en proyectiles capaces de producir daños catastróficos en cualquier satélite y poner en peligro nuevos lanzamiento o la tripulación de una nave o Estación Espacial Internacional.
El director de operaciones de la ESA, Rolf Densig, aseguró por otra parte que se ha llegado a un punto en que se necesita algún tipo de coordinación en el tráfico espacial. “Voy a poner un ejemplo sencillo. Si usted tiene un aeropuerto en el que solo hay un avión que despega en la mañana y otro que aterriza en la tarde no necesita coordinación. Pero sí la necesita si el tráfico es permanente”, agregó.
Actualmente el tráfico de satélites, que se utilizan cada vez en más campos, que van desde las comunicaciones hasta la meteorología, es permanente y las órbitas que usan son limitadas.
Limpiar las órbitas.
Los restos de viejos satélites fragmentados y otros desechos suponen un problema en cadena. En caso de impactar contra otro satélite puede provocar una reacción en cadena que podría llegar incluso a dejar inservible una determinada órbita. Es por ello de especial importancia que se busquen soluciones.
Parte de la solución está en remover objetos inservibles del espacio -para lo que la ESA tiene una misión planificada para 2025- y “eso es algo que no es fácil”, como advirtió Luisa Innocenti, encargada del programa de la ESA de limpieza del espacio. Eso es válido sobre todo para los objetos de pequeño diámetro, resultado de fragmentaciones de objetos ya fuera de uso. Por ello, Innocenti propone que los satélites del futuro tengan que ser diseñados de manera que puedan ser retirados posteriormente. Esto podría contribuir a una reducción de la producción de desechos espaciales, pero Inocenti señaló que sigue siendo preciso “remover los objetos más grandes de las órbitas más frecuentadas para evitar colisiones y que no surjan muchos objetos pequeños que sean una amenaza”. El director de la Unión Internacional de Astrónomos (IAU), Thomas Schildknecht, abordó otro aspecto del problema que tiene que ver con el llamado “derecho a un cielo despejado” y explicó que la vista de un cielo despejado es una herencia de la humanidad y que solo observándolo “podemos ganar conocimientos sobre el origen del universo”, añadió.
TEXTO: Antonio Tovar