GMV, compañía especializada en tecnología del automóvil con más de 20 años de experiencia, será clave para ayudar a los fabricantes a construir vehículos definidos por software (SDV, Software Defined Vehicle), que se verán mejorados respecto a las versiones actuales. Con su amplia experiencia en el desarrollo e ingeniería de software, ciberseguridad e integración de sistemas, GMV es un socio estratégico imprescindible para los fabricantes de automóviles en la construcción de vehículos basados en software. Sus soluciones para automoción incluyen tecnología clave en ADAS (sistemas avanzados de asistencia al conductor) y conducción autónoma; desde el posicionamiento de alta precisión y seguro (GMV GSHarp®) basado en GNSS, a diversos servicios para el vehículo conectado, incluyendo los C-ITS basados en tecnologías de conectividad V2X, aportando para todo ello una dilatada experiencia y conocimiento experto en el desarrollo de sistemas críticos para la seguridad, IA, ciberseguridad, etc. y otras capacidades clave para el despliegue del concepto de SDV.
El sector automoción está atravesando una transformación histórica. El concepto de vehículo definido por software (SDV) está redefiniendo la manera en que entendemos y utilizamos los automóviles. Tradicionalmente han sido máquinas controladas por hardware con funcionalidades fijas, donde cualquier mejora requería la sustitución de componentes físicos o la compra de un nuevo modelo. Esta nueva filosofía de SDV, que podríamos identificar como algo que ya sucede con nuestros teléfonos móviles, permite que un mismo hardware soporte múltiples funciones mediante actualizaciones de software, posibilitando un nivel de flexibilidad y personalización sin precedentes a través de actualizaciones inalámbricas (OTA, Over-the-air). Ello significa que las características y capacidades de un vehículo pueden evolucionar significativamente después de su compra, ofreciendo a los conductores una experiencia dinámica y personalizable. El SDV transforma por tanto el coche, en una plataforma digital en evolución, lo que permite a los fabricantes ofrecer mejoras constantes sin necesidad de esperar al lanzamiento de un nuevo modelo.
Este cambio de paradigma tiene importantes implicaciones para los fabricantes de automóviles. La transición hacia los SDV requerirá que inviertan más en el desarrollo de software, lo que a su vez abrirá nuevas oportunidades para alianzas con empresas tecnológicas. Las grandes marcas del sector ya están colaborando con compañías de software como GMV, con el objetivo de desarrollar plataformas escalables y seguras que impulsen este nuevo tipo de vehículos.
El SDV no solo transforma la manera en que se diseñan y mantienen los automóviles, sino que también abre la puerta a nuevos modelos de negocio y fuentes de ingresos. Los fabricantes podrán ofrecer a los clientes suscripciones a servicios, actualizaciones y servicios digitales, proporcionándoles valor de manera continua y abriendo nuevos mercados. La directora de la unidad de negocio de Automoción en GMV, Sara Gutiérrez Lanza, subraya que «a pesar de este horizonte de posibilidades, el sector enfrenta una brecha tecnológica significativa», señalando tres razones: «el ciclo de desarrollo del automóvil, la cultura centrada en el hardware y las barreras de entrada para empresas externas».
«La mayoría de los fabricantes siguen operando con una mentalidad centrada en la ingeniería del hardware y, aunque el software ya representa una parte significativa del coste total del vehículo, la toma de decisiones sigue estando en manos de profesionales con una formación y visión predominantemente orientada al hardware. Como resultado, las inversiones y prioridades se han inclinado hacia lo que afecta directamente al diseño y fabricación del vehículo físico», comenta.
Añade además que «La industria del automóvil ha sido tradicionalmente un ecosistema muy cerrado, con altas barreras de entrada para empresas externas al sector». Los fabricantes y proveedores tradicionales prefieren adquirir la tecnología y desarrollarla internamente para aprovechar el enorme volumen de producción del sector. Esto ha dificultado la entrada de nuevas soluciones digitales creadas fuera del ecosistema de automoción», puntualiza.
Para capitalizar el potencial de los SDV, los fabricantes deberán adaptar sus estrategias, integrando más ingenieros de software en sus equipos y rediseñando los procesos de producción, que ahora deberán ensamblar vehículos que son esencialmente plataformas tecnológicas avanzadas.
El auge de los SDV también está remodelando el papel de los proveedores de la industria. Aquellos que históricamente se centraban en la producción de componentes físicos deben ahora orientarse hacia el desarrollo de software y servicios digitales, lo que fomenta nuevas colaboraciones entre fabricantes, compañías tecnológicas y startups. Las fronteras entre los sectores de la automoción y tecnológico se diluyen así, fortaleciendo un ecosistema de cooperación en toda la cadena de valor. Desde el punto de vista del consumidor, el SDV redefine la interacción con el vehículo, transformándolo en un asistente personalizable, capaz de evolucionar continuamente para adaptarse a las necesidades individuales del usuario.
Además, los SDV están impulsando la adopción de tecnologías de vanguardia como la inteligencia artificial (IA), el aprendizaje automático (ML) y la computación en la nube (cloud computing). Estas tecnologías habilitan características avanzadas como el mantenimiento predictivo, la conducción autónoma y actualizaciones en tiempo real del tráfico y las condiciones meteorológicas, mejorando tanto la seguridad como la experiencia de conducción. GMV está a la vanguardia de estas innovaciones y lanzará muy pronto soluciones avanzadas de In-Cabin Intelligence (Inteligencia en cabina) en las que ya está trabajando.
En cuanto a la ciberseguridad, aunque el enfoque SDV introduce nuevos desafíos como un mayor número de superficies de ataque asociado a la mayor conectividad, complejidad y desafíos de integración, gestión de la privacidad de datos, etc., también proporciona las herramientas y capacidades necesarias para mitigar estos riesgos. La privacidad de los datos, la complejidad y la integración de estos sistemas son áreas clave donde GMV está aplicando su experiencia para ofrecer soluciones seguras.