Tras la presentación de la iniciativa europea ‘Destination 2050 – A Route to Net Zero Aviation’, presentada por el sector aeronáutico europeo y elaborada por el consorcio de investigación Royal Netherlands Aerospace Centre y SEO Amsterdam Economics, han surgido nuevos pasos encaminados hacia la reducción de emisiones por parte del sector. El documento, insertado en la hoja de ruta de la Unión Europea para reducir las emisiones de CO2, se presenta como base para desarrollar un plan estratégico que combine nuevas tecnologías, mejores operaciones y medidas económicas más inteligentes para conseguir reducir las emisiones, tanto en Europa, como a nivel mundial.
Desde el seno europeo y dentro del marco de la hoja de ruta que marca ‘Destination 2050’, la Unión Europea ha anunciado la puesta en marcha de una Alianza para la Aviación Cero Emisiones que tendrá como objetivo reducir las emisiones en todos los vuelos domésticos y con salida de la Unión Europea de aquí hasta 2030. En esta misma línea se sitúa el anuncio por parte de Airbus del lanzamiento de un primer avión de línea cero emisiones, a partir de 2035.
En este sentido, la Comisión Europea ha adoptado, recientemente, un paquete de medidas encaminadas a convertirse en los instrumentos legislativos que permitan a la Unión cumplir los objetivos consagrados en la Ley Europea del Clima y transformar nuestra economía y nuestra sociedad de cara a un futuro justo y ecológico. La Comisión propone fomentar la utilización de combustibles sostenibles, o mezclados sostenibles, de todos los vuelos que salgan de los aeropuertos de la Unión.
Por su parte, ante las propuestas de reducir los viajes cortos en avión por los de tren, desde el sector se defiende avanzar en el desarrollo de tecnologías punteras que consigan combustibles más sostenibles, opciones de propulsión híbridas y una mejor gestión del tráfico aéreo.
Todo esto indica la posición de liderazgo española y europea que, antes de la fecha del Acuerdo de París, tiene como objetivo mitigar las emisiones de CO2 en un 45% en 2030 y casi una total descarbonización del sector para 2050.
La Unión Europea aboga por la importancia de la innovación y la inversión en I+D+I para conseguir combustibles más sostenibles a gran escala que favorezcan la consecución de una industria 100% sostenible y adaptada a las exigencias del mercado.